Desafíos contemporáneos para las organizaciones educativas
“Crisis” es una palabra que siempre está de moda. Su etimología griega —krísis— significa cambio, escisión, momento de decisión. En japonés, el concepto se representa con dos ideogramas: el primero significa “peligro” y el segundo, “oportunidad”. Así, toda crisis implica una tensión, y las organizaciones educativas, como instituciones vivas, la enfrentan de manera constante.
Big picture: un mundo líquido y en crisis
Decía Zygmund Bauman, que nos ha tocado vivir en una "modernidad líquida", en la que nada es seguro, en la que todo está como en un estado líquido: el trabajo, la familia, el entorno cambiante. El ser se mueve en esas arenas movedizas, se ahoga en ese oleaje, ante la angustia de una existencia sin instituciones sólidas. Esta inestabilidad, señala, afecta a todas las instituciones, incluida la escuela.
Desde una mirada más crítica, el filósofo Slavoj Žižek analiza cómo el capitalismo actual ya no explota solo el trabajo, sino también el deseo y la moral. Su tesis: vivimos una alienación en la apariencia de libertad, donde incluso nuestros gestos éticos están integrados en la lógica de consumo. Nos dejamos seducir por esa corriente de autocomplacencia en la que, cómodamente, nos mostramos preocupados o indignados por el medioambiente y la desigualdad social, mientras nuestro estilo de vida, lo que realmente hacemos (no lo que decimos) nutre, con nuestro consumo de bienes y servicios, el mecanismo de aquello a lo que supuestamente nos oponemos: la degradación del entorno natural, la explotación de otros. ¿En qué medida las instituciones educativas son cómplices de ese sistema? De entrada, invisibilizan esa alienación. Y, para continuar, en los colegios y los institutos se ha sustituido la obediencia impuesta por una participación voluntaria que también es controlada. En educación, esto se observa en fenómenos como:
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El discurso de la “autonomía del centro” que, en muchos casos, enmascara una fuerte presión hacia la rendición de cuentas externa.
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La “innovación educativa” impuesta como imperativo, donde no innovar, de acuerdo a los ritmos que marca el mercado de la tecnología, se interpreta como un fracaso.
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El “empoderamiento del alumnado” que no transforma realmente las estructuras, sino que introduce nuevos formatos de obediencia participativa.
Sintoniza con esta crítica la obra del filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han y su "sociedad del cansancio", que nos revela cómo hemos pasado de una sociedad regida por la disciplina a una sociedad del desempeño, penetrados por una ideología que nos fuerza a ser más y más productivos, a aprovechar las posibilidades de cada instante, extenuándonos en gimnasios, auto-explotándonos con el ilusorio fin de mejorar o incluso gozar cada aspecto de nuestra existencia. La escuela, por tanto, ya no es solo lugar de obediencia, sino también de hiperproductividad, ansiedad y agotamiento.
De acuerdo con Warren Bennis y Burt Nanus vivimos en un mundo "VUCA" (volatility, uncertainty, complexity y ambiguity), es decir, un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo. Antes tenía más sentido aquello de "si no lo veo, no lo creo". Ahora, aunque lo veas, aunque veas una imagen o un reportaje de lo que sucede en tu sociedad o en cualquier otra parte del mundo, la conciencia de que puede ser falso o sesgado, genera una sensación de vulnerabilidad e incertidumbre de la que no resulta sencillo escapar. No parece casual, por ejemplo, que
En la escuela... el desafío de la multiculturalidad
- El ritmo y eficacia del aprendizaje del currículum, pues las aulas están compuestas por un alumnado con niveles de dominio idiomático diferentes.
- La tensión entre integración vs discriminación, con comunidades culturales diferenciadas que, en muchas ocasiones, se ignoran o rechazan entre sí.
- La adaptación curricular, al tener en el mismo aula alumnos con bagages (background) culturales diversos, que interpretan desde intereses, significados y formas de aprender diferentes el mismo contenido.
- La riqueza idiomática y cultural, pudiendo contribuir al desarrollo de las instituciones educativas como centros cosmopolitas, multiplicando las posibilidades para desarrollar pensamiento crítico, creatividad o empatía.
- La misión de que la multiculturalidad agregue valor a la importancia de la escuela, entendida como una institución que cohesiona a la sociedad, como un espacio en el que educar la convivencia de los diferentes.
- La dinamización de las pedagogías, el currículum, la adaptación y multiplicación de materiales, en definitiva, la innovación de las instituciones educativas.
García Castaño et al. (2019) – Diversidad e inclusión en la escuela
Ejemplos inspiradores en España:
- La Red de Escuelas sin Racismo, un conjunto de escuelas que se comprometen a compartir sus mejores prácticas en el desarrollo de ambientes escolares no discriminatorios.
- CEIP Andalucía (Sevilla): desarrolla el proyecto “Puertas abiertas”, con participación activa de las familias migrantes en la vida escolar.
El desafío de la revolución tecnológica en la educación
- Escenario 1: Enseñanza estimulante. Consiste en mantener la lógica de transmisión del conocimiento del maestro al alumno, pero incorporando recursos digitales para enseñar (infografías, portales, presentaciones, videos) y actividades en las que los alumnos utilizan sus dispositivos digitales para aprender. +
- Escenario 2. Aprendizaje colaborativo. Se enfoca en actividades o proyectos de aprendizaje en los cuales los alumnos, agrupados en equipos o redes de colaboración, presencial y en línea, deben utilizar la tecnología para desarrollar su propio aprendizaje, para elaborar la solución al reto o proyecto que les ha planteado el profesor en la clase.
- Escenario 3. Aprendizaje personalizado. Consiste en situar al aprendiz en el centro de todo, capaz de explorar y, finalmente, decidir (con el apoyo de un tutor/a o profesor/a, o incluso por su propia cuenta) en qué entorno o recursos digital, de qué curso en línea o profesor presencial puede aprender de manera que desarrolle su propia ruta o proceso de aprendizaje, de acuerdo a sus intereses y habilidades.
¿Qué puede hacer la organización escolar ante estos desafíos?
Estos tres desafíos contemporáneos —la crisis global, la multiculturalidad y la revolución tecnológica— no son amenazas externas. Son llamadas a reinventar las organizaciones educativas desde dentro. Requieren liderazgos pedagógicos transformadores, estructuras flexibles, redes de colaboración y una ética del cuidado emocional y psicológico.
Mirar de frente este retos es el primer paso para pensar escuelas más inclusivas, más conectadas, más humanas.
En mi opinión, aunque sí que es cierto que la tecnología cada vez está más presente en las instituciones educativas, creo y espero que actúe solo como herramienta o medio por el que los alumnos descubren cómo aprender (aprendizaje personalizado) y no como principal eje de aprendizaje.
ResponderEliminarEn cuanto a la implantacion de la tecnología en los humanos, no tengo duda de que el sistema educativo se verá afectado, imaginate dsrle clases a cyborg o que tú prife ses uno de ellos...sería cuanto menos, raro.